Plantas medicinales para la buena salud

Desde tiempos muy antiguos, las plantas medicinales se han utilizado para tratar diferentes enfermedades y malestares comunes, gracias a sus propiedades curativas que estas poseen.

Estas plantas contienen sustancias químicas en sus hojas o flores, el tallo o la raíz, de manera que, a través de distintos métodos de preparación, pueden aplicarse para tratar distintos padecimientos.

De acuerdo con las propiedades de cada planta medicinal, estas pueden utilizarse para tratar desde un simple dolor de cabeza hasta padecimientos más serios. A lo largo de este artículo les vamos a mostrar algunas de las plantas medicinales que existen y que se han seguido utilizando hasta hoy en día.

1. Lavanda

La lavanda es más que una planta medicinal que se caracteriza por sus propiedades calmantes. Además su aceite esencial es muy beneficioso para una buena salud.

2. Áloe vera

Aloe vera es una planta medicinal refrescante y cicatrizante, originaria del África tropical, donde se ha utilizado como antídoto del veneno en heridas de lanzas emponzoñadas.

3. Romero

El romero es una de las plantas medicinales más versátiles. Por ejemplo, tiene propiedades anti-inflamatorias, sirve para combatir la caspa y repele los mosquitos entre muchas otras.

4. Manzanilla

La manzanilla es nativa de Europa, Oriente Próximo y la India y se utiliza para desórdenes digestivos o nerviosos y para ungüentos antiinflamatorios.

 

5. Diente de león

El diente de león es una planta medicinal de la que se aprovechan hojas y raíz en remedios naturales como diurético, suave laxante y desintoxicante hepático.

6. Menta

La menta piperita es una planta medicinal digestiva, analgésica y antiséptica. También constituye un excelente descongestionador nasal.

8. Ortiga

La ortiga, una planta de lo más familiar y abundante, es una hierba medicinal rica en minerales y estimulante circulatoria.

9. Ajo

El ajo (allium sativum) es un potente antivírico inmunoestimulante que protege de infecciones.

10. Árnica

La árnica es el primer remedio cuando se ha producido un daño en la musculatura o las articulaciones, contusiones, distensiones o torceduras. Se puede utilizar tanto en crema como en aceite macerado o pomada.